Pero, ahora, en una crisis de esta magnitud y con regulaciones que cambian cada día el terreno de juego, la situación es muy complicada para muchos de nuestros clientes y puede que sus expectativas hacia el despacho sean más altas, o diferentes. A la demanda de calidad técnica podrían sumarse aún más compromiso, un extra de dedicación y atención, especial rapidez, sacrificio de honorarios, trabajo codo con codo en la búsqueda de soluciones para su empresa, etc.
Incluso su confianza 360º puede que exija también la seguridad en la continuidad del despacho, la garantía de que disponemos de equipos humanos y recursos técnicos, la motivación del talento en confinamiento, la ética y responsabilidad de las decisiones de la cúpula durante esta crisis, la capacidad de empatía…
Cada cliente puede esperar cosas distintas y es importante hablar con claridad y entender bien cuales son las expectativas de cada uno, que no haya malentendidos o suposiciones.
Si podemos hacer un esfuerzo y ayudar a los clientes a navegar por toda esta incertidumbre y salir adelante, estaremos invirtiendo en ingresos futuros.
¿Te gustaría saber más sobre la relación con los clientes durante la crisis y la poscrisis? Puedes verlo en la segunda sesión del ciclo “Aprendiendo de la crisis: Impacto en la estrategia y gestión de despachos y firmas”.
Socia responsable de marca y reputación en Mirada 360.
Acumula 30 años de experiencia en puestos directivos en Grant Thornton, KPMG, Villafañe & Asociados, Research International (grupo WPP), Zed y Ono, entre otras compañías.