Un lunes cualquiera: el aroma del café invade el despacho, los plazos aprietan y los clientes no dan descanso.
De pronto, la bomba explota: un asociado estrella anuncia su marcha a la competencia.
¿La excusa? Una oferta imposible de rechazar.
Pero todos sabemos que aquí no faltaron ni euros en el fijo ni en el bonus.
Lo que faltó fue un motivo para quedarse. Eso es el employer branding.
La reputación como empleador va más allá de un logo bonito en la entrada.
Los despachos no vendemos tornillos, vendemos soluciones con talento motivado y organizado.
Por ello, competimos en dos mercados, quizás tres:
- El de los clientes
- El de los abogados
- Si lo separamos el nro. 2, el de los socios con equipo y clientes.
El mercado está lleno de despachos que ofrecen casi lo mismo: salarios competitivos, oficinas de lujo, flexibilidad híbrida y buen café.
Sin embargo, la verdadera diferencia que retiene talento es cómo se percibe trabajar en tu firma.
Es ser el despacho del que hablan con orgullo, no simplemente el que paga un pastizal.
La cultura interna es un contrato invisible que nadie firma pero que todos sienten.
No vale con colgar valores vacíos en la intranet si luego los juniors callan en las reuniones por temor a equivocarse.
El talento permanece si siente que puede crecer, aprender y expresar sus ideas libremente.
Si la realidad es jerarquía rígida y puertas cerradas, el talento se marcha rápido, incluso aceptando menos dinero.
La diferenciación genuina está en aquello que nadie más puede ofrecer de forma consistente.
Encuentra tu propuesta única y comunícala con claridad hasta que todos la reconozcan y valoren. Eso sí, asegúrate de que sea realista y sostenible.
Recuerda que las renuncias no llegan por sorpresa.
Las anticipan la apatía, los silencios incómodos en reuniones y el cansancio visible en los pasillos.
Es vital escuchar activamente: encuestas rápidas, entrevistas sinceras al despedirse y atención al ambiente general del despacho. Lo que dicen pasillos, las charlas delante de la máquina de café…
También es esencial escuchar hacia afuera.
Descubre qué valora realmente el talento que buscas atraer:
- ¿Beneficios que faciliten la conciliación?
- ¿Programas personalizados para potenciar el liderazgo y gestionar equipos?
- ¿Participación activa en decisiones estratégicas del despacho?
- ¿Espacios regulares de intercambio con socios sénior para resolver inquietudes profesionales?
- ¿Acceso preferente a casos o proyectos especialmente desafiantes que impulsen su carrera?
- ¿Reconocimiento público claro y frecuente de los logros individuales y colectivos?
- ¿Autonomía real en la gestión del tiempo y en la elección de métodos de trabajo?
- ¿Apoyo estructurado para que aumenten su visibilidad profesional?
- ¿Mentoría para el crecimiento dentro de la firma?
Adapta tu propuesta a esas demandas concretas del mercado y comunícalo con absoluta transparencia.
Tu web y LinkedIn deben funcionar como reclutadores incluso mientras duermes.
Que tu página de «trabaja con nosotros» sea atractiva, con vídeos breves donde socios expliquen desafíos reales, fotos auténticas del día a día e itinerarios claros de desarrollo profesional.
El employer branding no es un proyecto simpático del equipo de marketing. Es una estrategia de negocio contundente. Cada baja evitada y cada incorporación anticipada repercute directamente en tu facturación y en tu prestigio.
¿Y tú, cómo abordas el employer brandingen tu despacho?

Socia directora de Mirada 360.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y con un Máster en Comunicación Corporativa por la Universidad Complutense de Madrid, se dedica exclusivamente al marketing y comunicación de despachos de abogados desde Mirada 360, donde combina su experiencia como abogada con más de 15 años asesorando a firmas en sus planes de desarrollo de negocio, marketing estratégico, comunicación y marketing digital.