El teletrabajo en las circunstancias actuales no es equilibrado: es total y repentino. Genera riesgos como hiperconexión, comunicación deficiente, desorganización vital y del trabajo, menor ciberseguridad, disminución de la actividad física, etc. En circunstancias normales no será así: habrá momentos para el teletrabajo y para la interacción personal, que seguirá siendo muy deseable y, en ciertos casos, imprescindible.
La oportunidad proviene de aprovechar la experiencia que estamos ahora adquiriendo para darle un empujón a la incorporación del teletrabajo a nuestras rutinas, pero de una forma equilibrada y eficiente. Los clientes de los despachos, los proveedores, colegas y competidores, enseñanza, medios y foros… van también a cambiar hábitos empujados por esta crisis.
Desde el punto de vista reputacional, el teletrabajo posconfinamiento nos permitirá responder a demandas sociales cada vez más potentes: conciliación y flexibilidad, reducir el tiempo dedicado a desplazamientos y la contaminación que conllevan, hacer las ciudades vas vivibles o suavizar la brecha entre generaciones, entre otros.
Si quieres saber más sobre los importantes cambios que el teletrabajo ha impuesto en la forma de trabajar de abogados, auditores, asesores fiscales, consultores y otros servicios profesionales, puedes ver la sesión completa de «Teletrabajo, ahora sí y para que quedarse» del ciclo «Aprendiendo de la crisis: Impacto en la estrategia y gestión de despachos y firmas».
Socia responsable de marca y reputación en Mirada 360.
Acumula 30 años de experiencia en puestos directivos en Grant Thornton, KPMG, Villafañe & Asociados, Research International (grupo WPP), Zed y Ono, entre otras compañías.