El jueves 22 de febrero tuvo lugar en la sede del Colegio de la Abogacía de Barcelona una jornada ‘Inkietos’, dentro de las Actividades Formativas de Sant Raimon de Penyafort 2018, con diferentes conferencias sobre la gestión de despachos de abogados, en la que tuve el honor de participar.

Por la noche, en el aeropuerto esperando al avión que me llevó a Bilbao a dar otra conferencia, se me ocurrió investigar quién fue Sant Raimon de Penyafort.

Path: Google > Wikipedia > ?:

“Raimundo de Peñafort O.P. (Peñafort, actualmente Santa Margarita y Monjós, comarca del Alto Penedés1175 o 1180 – Barcelona6 de enero de 1275) es el santo patrón de los juristas, del Derecho canónico, de los abogados y de los Colegios de Abogados. Clérigo barcelonés y miembro de la orden religiosa de los dominicos, sus acciones más destacadas son la compilación de las Decretales de Gregorio IX (Corpus Iuris Canonici) y la introducción de la Inquisición en el Reino de Aragón.”

Cuando leí esta información me quedé perpleja y así lo tuiteé.

Este tuit generó controversia. Molestó a algunos de los miembros de Inkietos y a algún abogado, comentarios que se pueden ver en el tuit.

Quiero, en primer lugar, aclarar que el tuit obviamente sólo representa mi sentimiento personal acerca de la inquisición y de ningún modo el del resto de miembros de la asociación Inkietos, propensos al cambio.Tal como lo aclararon desde la cuenta de la agrupación:

En consecuencia, nunca debí escribir ese tuit repudiando a la inquisición en el marco de mi participación en un evento como miembro de dicha asociación. Pido disculpas a mis compañeros por ello.

En segundo lugar, expresar mi agradecimiento al ICAB por haber organizado esta jornada y expresar sin cortapisas que nunca fue mi intención ofenderlos.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo

He publicado desde el año 2008 más de 14.000 tuits. Probablemente me haya equivocado muchas veces, pero siempre con esa premisa, como en la vida misma: respeto. A pesar de esta intención, lo cierto es que este tuit generó malestar en algunas personas (entre las que están algunas queridas) y me sentí muy mal. No entendía (aún no lo entiendo) cómo expresar la paradoja (para mí evidente) de que alguien que fundara una institución de represión de ideas y negación de derechos a las minorías fuera el patrono de la profesión cuya misión es la defensa de los derechos ofendiera a alguien. Me quedé más perpleja aún.

En cualquier caso, creo que en estos tiempos es mucho más útil que ofenderse, si alguien considera que la información es falsa y le importa, hacer algo para corregirlo en la fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Ayuda:C%C3%B3mo_se_edita_una_p%C3%A1gina

En el medio de mi perplejidad, llamé a un amigo, uno de mis referentes en España y especialmente en el mundo jurídico, quien me recetó que exorcizara al tuit: “pásalo por el intelecto” me dijo. Aquí voy.

Exorcismo del desafortunado tuit

Profesionalmente, recomiendo en las redes no meterse con temas de religión: jamás hubiera recomendado a un cliente que publicara algo que pudiera ofender los sentimientos religiosos de alguna persona. Muchísimo menos al patrono de todo el sector en el que trabaja.

Tuiteé historia y se leyó religión.

Expresé una sensación sobre un hecho de la historia:

“el patrono de los abogados ha sido el introductor de la inquisición en el reino de Aragón.”

Tal como explica la Wikipedia y esta nota en Confilegal: “El patrón de los abogados, San Raimundo de Peñafort, fue un maestro inquisidor”, entre otras muchas fuentes, todas coincidentes.

Puede ser correcto o incorrecto (no sería la primera vez que me equivoco), con lo que se podría haber armado un debate interesante sobre esta figura histórica, la inquisición, su rol en la introducción de ésta en Aragón y la elección del patrono de los juristas.

La maravilla de Twitter es que te permite entrar en contacto con personas que nunca has visto y nutrirte de sus ideas y opiniones. Hubiera estado bien una discusión sin agresión.

Por ejemplo, un amigo me explicó más tarde que la de Peñafort era la Inquisición Medieval, que perseguía a los herejes, cátaros y albigenses, más que a los judíos.

Me dijeron que no era «diplomático» y efectivamente no lo fue. Pero los principios están por encima de los intereses.

Me invitaron a profundizar y ya hemos quedado con nuestro profe de historia, con quien mi marido y yo tomamos clases semanalmente, en que el próximo tema será éste. Ansiosa por saber, este fin de semana he comenzado a profundizar y he encontrado que ya hace 18 años el mismo Juan Pablo II pidió perdón por la inquisición, en un rito litúrgico solemne en el Jubileo del año 2000.

Seguí buscando y hasta ahora no he encontrado fundamento que me lleve a pensar algo diferente de que la inquisición fue un instrumento del poder religioso para imponer sus ideas por medio de la fuerza a los no creyentes. Sus víctimas eran seres humanos acusados de brujería, los homosexuales, los blasfemos, los herejes (cristianos que niegan algunos de los dogmas instituidos por la Iglesia romana) y los acusados de judaizar en secreto.

Sus diferentes grados a lo largo de la historia no parece disminuir, en mi opinión, su carga de intolerancia y, por lo tanto, de negatividad.

Más allá de la interesante y nutritiva discusión, la pregunta relevante es: ¿es el tuit ofensivo?

La discusión libre de ideas, el debate, la conversación con escucha es lo que ha hecho evolucionar al ser humano. Nunca el dogma y la intolerancia al pensamiento diferente. Sentirse ofendido es un derecho, pero deberíamos ser capaces de dialogar sin agraviar ni descalificar. La inquietud intelectual no se ofende ante las ideas diferentes, las discute.

¿Puede la publicación de un hecho histórico no controvertido dañar los sentimientos religiosos de las personas?

“En la tradición cristiana los santos son personas destacadas por sus virtudes y son como modelos capaces de mostrar a los demás un camino ejemplar de perfección.”

Como agnóstica, me cuesta entender la fuerza emocional de una narrativa basada puramente en la fe. Sin embargo, lo respeto y defiendo el derecho de los creyentes ante el agravio de los intolerantes no creyentes:

https://twitter.com/lidiazommer/status/945678811819118592

Estoy absolutamente persuadida de que cada uno es libre de creer en las piedras si así lo desea, en la medida en que no se las arroje a nadie.

Algunos amigos me han recomendado no publicar este post. No agitar el tema, porque podía generar más discusiones y controversia.

Atrevido y de riesgo hubiera sido publicar este texto en el siglo xv. El tuit fue desafortunado porque tuvo poca fortuna, pero yo tuve mucha suerte porque no me quedé calladita y guapa, sino que seguí la conversación buscando entender más. Eso siempre es un éxito.

Hoy esto es simplemente tener opinión personal: el atributo principal de la identidad. Sin postureos ni alegatos de pasión, ni frases hechas con fotos inspiradoras en Instagram: opinión propia.

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