Hace unos días fui invitada a charlar en el programa After Work de Capital Radio sobre transformación digital en el sector legal con Eduardo Castillo y Patricio Gil.
Hablamos sobre innovación, disruptiva o sostenible, y de cómo tecnología y el análisis de datos están cambiando el sector legal de arriba a abajo: la demanda, la oferta, el modelo de negocio y, por supuesto, el modo en que nos vinculamos con los clientes.
Esta transformación que la tecnología permite y que la exigen los clientes está apareciendo generalmente del lado de proveedores diferentes a los grandes despachos, aunque también algunos de los tradicionales ya están adoptando medidas en esta línea.
«La proliferación del automóvil moderno es un espectáculo que debe obligar a cualquier caballo a una consideración incómoda de su futuro.» – Decía el primer Presidente de la American Motorcar Association de California, hacia 1920.
Hoy la tecnología debería causar un malestar similar a todos los profesionales del conocimiento, entre ellos a los abogados, en la medida en que sólo la temamos, en lugar de aprovecharla. La tecnología representa una oportunidad y un reto, un nuevo poder.
Los factores que inciden en el cambio de era que vivimos en el sector legal provienen de tres fuentes: Las exigencias de más por menos de los clientes, la tecnología que permite automatizar procesos e interactuar con máquinas que ya «piensan y aprenden» y la desregulación de nuestra profesión, cada vez está menos protegida por barreras de entrada. (Richard Susskind, Tomorrow’s Lawyers)
No se trata de si nos reemplazarán o no, sino de identificar dónde las máquinas pueden ser superiores y en apoyarnos en ellas. Sin llegar a máquinas que piensan y aprenden, lo que está al alcance ya es la automatización de tareas de un modo en que mejoren los resultados de los métodos tradicionales.
Sin hacer futurología, la tecnología actual modifica el sector legal en muchos aspectos:
- En el trabajo nuclear de los abogados, la prestación de asesoramiento jurídico, la tecnología ha roto el monopolio de la información jurídica. Antes saber derecho nos daba una ventaja competitiva frente a otros profesionales. Hoy, simplemente Google sabe mucho más que nosotros.
Esto exige una redefinición de la propuesta de valor de los despachos de abogados: si nos limitamos a repetir la norma, ya no aportamos nada.
2. Modifica la demanda, ya que los clientes nos exigen mucho más por mucho menos, porque saben que las tareas repetitivas no deben ser realizadas por personas y no están dispuestos a pagar cada vez por el descubrimiento de la rueda.
Debemos pasar de un rol técnico a un rol estratégico, centrarnos en habilidades de negociación, de anticipación de los problemas pasando a una abogacía preventiva, desarrollando productos con su propio canal de captación de clientes, en lugar de ofrecer los servicios de asesoramiento para que el cliente nos venga a buscar..
3. Modifica el modo en que prestamos nuestro servicio y eso implica el modelo de negocio de los despachos de abogados: con orientación al cliente, con estrategias de segmentación y consecuente diferenciación por especialidades, y asumiendo riesgos con fórmulas de determinación de los precios que incluyan primas de éxito,
De todo esto hablamos en la radio y de más cuestiones que puede oír en este audio:
Escucha»La abogacía en la era digital» en Spreaker.
Y más, mucho más nos modificará, todavía no sabemos cómo evolucionará en los próximos años.
Si te interesa este tema, te recomiendo esta charla TED de Sam Harris:
Can we build AI without losing control over it?
Sam es menos optimista y nos dice que deberíamos estar asustados: «Vamos a construir máquinas sobrehumanas, pero todavía no hemos resuelto los problemas asociados con la creación de algo que nos puede tratar la forma en que tratamos las hormigas.»
Y tú, ¿cómo lo ves? ¿Te estás preparando o crees que esto no nos afectará a los abogados?
Socia directora de Mirada 360.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y con un Máster en Comunicación Corporativa por la Universidad Complutense de Madrid, se dedica exclusivamente al marketing y comunicación de despachos de abogados desde Mirada 360, donde combina su experiencia como abogada con más de 15 años asesorando a firmas en sus planes de desarrollo de negocio, marketing estratégico, comunicación y marketing digital.
