Extracto del webinar que hemos celebrado con Emiliano Garayar, fundador y presidente de Garayar Abogados.Emiliano Garayar

Lidia Zommer: Garayar Abogados se define como un despacho selectivo: concentra los esfuerzos y recursos en un número limitado de asuntos. Apuestan por asuntos complejos que permitan aportar valor añadido: tanto en operaciones como en conflictos. En un momento en el que los clientes presionar por recibir más por menos, con un entorno regulatorio complejo, nuevos operadores en el sector apoyados en tecnología y nuevos modelos de negocio como las ABS (Alternative Business Structures),

¿Cómo definirías el valor aportado al cliente en el asesoramiento jurídico?

“El valor aportado al cliente en el asesoramiento jurídico es la contribución medible a la definición del objetivo óptimo para el cliente y a su consecución en tiempo y forma»

Emiliano Garayar: Nosotros entendemos el valor aportado al cliente en el asesoramiento jurídico como la contribución medible a la definición del objetivo óptimo para el cliente y a su consecución en tiempo y forma. En ese sentido, el abogado debe ser más proactivo. Los clientes, en ocasiones, llegan al despacho con un cierto defecto de perspectiva y es lógico cuando estás en el centro del asunto, problema o negocio. Los abogados deben contribuir a la definición del objetivo óptimo, que no siempre coincide con el que el cliente piensa al llegar al despacho y no siempre es el mejor.

El abogado tiene que tener independencia de criterio y tiene que saber decirle «no» al cliente. Al cliente hay que explicarle que lo que pretende hacer no se puede o no se debe, si ése es el caso, aunque al cliente no le gusta que le llevan la contraria y le digan que está equivocado. Al mismo tiempo, al abogado no le basta con formarse un criterio propio, sino que debe saber transmitírselo al cliente en el sentido de que éste lo haga suyo. Por lo tanto es independencia y persuasión.

Lidia Zommer: En este entorno en el que el sector legal está sufriendo esta revolución por la irrupción de tecnologías como Watson, de computación cognitiva que entienden el lenguaje natural y que pueden aprender de la interacción con los humanos, usando toda la información existente en segundos, asumiendo trabajo que hoy hace los despachos grandes, ¿en qué estado crees que se encuentra la abogacía de los negocios en España?¿Cómo quedará el segmento de las Biglaw?

Emiliano Garayar: El mercado de abogacía de los negocios va a crecer, pero vegetativamente. No vamos a ver un boom de demandas de servicios legales, aunque sí un incremento de la demanda de servicios por parte de pymes y personas físicas, de una serie de clientes que hoy en día no acceden a abogacía de los negocios, precisamente por precio y por propia sofisticación, por no tener conciencia de la relevancia de los asuntos, en términos de cultura financiera.

Por lo tanto, actualmente nos encontramos ante un mercado en el que la demanda no va a crecer y donde la oferta ha sido muy importante. En definitiva, en abogacía de los negocios falta todo por hacer. En términos de innovación tecnológica estamos muy atrás.

Biglaw, en definitiva, se construye sobre un argumento, primer local, de One Stop Shop: voy a darle el asesoramiento de todas las ramas del derecho. Para ello necesitas un gran número de abogados dentro de un modelo muy piramidal porque para ser rentables necesitas apalancamiento. En este sentido, el problema reside en que la mayoría de los abogados de la parte baja de la pirámide dedican la mayoría de su tiempo a desarrollar funciones más propias de un paralegal, cuando realmente están más cualificados. Estás estructuras sufrirán cuando la tecnología se «lleve por delante» y sea capaz de asumir las funciones que desempeñan estos abogados.

Lidia Zommer: Nuestro sector es bastante reacio a incorporar metodologías de otras industrias. Siempre necesitamos saber qué otros despachos lo han hecho antes. ¿Por qué crees que nuestro sector es tan reactivo a los cambios? ¿Cómo definirías a la innovación en la abogacía?

En abogacía falta todo por hacer en términos de innovación tecnológica, todavía estamos muy atrás. Insistimos siempre en que el modelo bancario está caduco y realmente las entidades financieras están a años luz de los mercados de servicios jurídicos en cuanto a inversión y posicionamiento tecnológico. En nuestro sector utilizamos los ordenadores casi únicamente como buscadores de bases de datos y máquinas de escribir.

Sin embargo, creo que la inteligencia cognitiva, big data, redes neuronales, language recognition… en definitiva, todos los tipos de inteligencia artificial, nos van a llevar hacia una digitalización y automatización de procesos que absorberá  las funciones de los paralegals y, por lo tanto, las de los abogados que no tienen formalmente esa condición pero hacen un trabajo muy similar.

Para ver el webinar completo haz clic aquí.

Webinars sobre gestión de despachos de abogados

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