El bienestar de los abogados es uno de los temas más relevantes en la profesión, por lo que ha sido objeto del último wembionar de la consultora para despachos de abogados Mirada360, en el que su directora, Lidiz Zommer, ha charlado con Marisa Méndez, psicóloga y coach.

Antes de deshacer el nudo de su corbata y servirse un whisky on the rocks mientras observa Manhattan desde las alturas, el joven abogado ha doblegado al juez más implacable del distrito con una sofisticada estrategia legal y sus colegas de profesión le han colmado de elogios por resolver el caso más complejo del despacho. Es la idealización que la filmografía americana suele hacer del abogado exitoso, con un talento innato para su profesión y un perfil todoterreno, entregado a su despacho, tan apasionante en la ficción como irreal en la vida cotidiana. Y esta disfunción entre las expectativas de éxito —o lo que se espera de un abogado exitoso— y la realidad es uno de los factores que pueden afectar al bienestar emocional.

Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos al bienestar en la abogacía? “Tradicionalmente la salud se equiparaba a no tener enfermedades, pero desde los años 40 la Organización Mundial de la Salud incluyó en la definición el bienestar emocional y el bienestar social”, explica Marisa Méndez, ahora psicóloga y coach tras su paso por la abogacía, quien fue la invitada del último webinar de la consultora para despachos de abogados Mirada360, conducido por su socia directora Lidia Zommer.

El bienestar emocional, como resume Marisa, podría definirse como el “estado en que nos sentimos capaces de afrontar lo que nos sucede” y que contrasta con otras sensaciones, muy cercanas a la profesión de abogado, de que “falta algo, de no rendir ni de vivir como uno querría”. Estos sentimientos, que tienen un origen multifactorial en el que la historia vital es clave, pueden exacerbarse en la alta competencia —tanto interna como externa con la que convive un abogado y con ciertos rasgos y códigos particulares del sector legal.

Es por eso que Marisa Méndez se hace la pregunta clave: “¿qué es el éxito como abogado?”. Y, sobre todo, en cuál de los escalones jerárquicos de un despacho se aprecia más la insatisfacción, quizás por esa concepción distorsionada del éxito. “Los estudios anglosajones indican que entre los service partners hay prevalencia de pesimismo, individualismo, baja sociabilidad y un altísimo sentido de la urgencia”, asegura Marisa. Atributos que son “excelentes para un trabajo técnico, pero que genera grandes barreras para tratar con otras personas, sobre todo en entornos de baja confianza, donde la comunicación no fluye”.

Implantar programas de bienestar en la abogacía

Precisamente por esto, implantar programas de bienestar es esencial para un ámbito como el legal. A menudo capitaneados por el Chief Happiness Officer —un cargo surgido en las entrañas de Silicon Valley, pero extendido ya a otros países, incluido España—, estos programas, como recuerda Marisa, “aumentan la satisfacción y el liderazgo, además de disminuir las tasas de rotación y las bajas laborales”.

No obstante, hay una serie de errores en que caen las firmas cuando nos referimos al ámbito del bienestar emocional del abogado. Marisa enumera cinco de ellos, como “no hacer una evaluación inicial, sin analizar lo que perjudica al bienestar del despacho; realizar algunas acciones sueltas, pero sin continuidad en el tiempo; copiar sin más lo que hacen otros despachos, a menudo lo que hacen los más grandes y con más prestigio; no pensar en la importancia del personal de apoyo al abogado; y, por último, destinar recursos a colectivos —por ejemplo, los jóvenes— cuando hay otros que en realidad lo necesitan más —como los abogados senior—”.

En cualquier caso, como en la mayoría de ámbitos de la vida, el cambio empieza por uno mismo. “Saber de dónde te viene la energía, saber gestionar las prioridades, trabajar la empatía y la comunicación asertiva…”, según explica la psicóloga, son acciones fundamentales para desarrollar las habilidades no técnicas que cimentan el éxito y el crecimiento de un abogado.

Dentro de ese proceso también tienen una importancia significativa las tecnologías, que para Marisa es “una de las razones que han contribuido al deterioro del bienestar. La tecnología es una gran amiga para la inmediatez y la movilidad, pero su parte negativa es el impacto del sueño y el impacto en la atención sostenida, que se ve alterada, por ejemplo, con las notificaciones continuas”.

Y es que el bienestar dentro de las firmas debería ser un valor estratégico por su influencia tanto en el propio abogado como en el desarrollo de la firma. “Lo que haces con las horas facturables, determina tu presente. Lo que haces con las horas no facturables, determina tu futuro”, sentencia Marisa.

Este artículo ha sido publicado originalmente en el diario La Ley.

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