Los blogueros jurídicos más relevantes se dan cita en la categoría ‘ABLOGacía que mola’, un espacio libre y dinámico dentro de nuestro blog donde se les brinda la oportunidad de contar por qué y para quién bloguean, así como de reflexionar sobre aquello de lo que no se habla y se debería.
Con todos vosotros, de nuestra serie ‘ABLOGacía que mola’, Alfredo Herranz
Alfredo Herranz es abogado especialista en Derecho Digital y autor de los blog ‘De lo justo y lo humano‘ y ‘Derecho de Extranjería en el Siglo XXI’. Ya en diciembre de 2014, explicaba para Mirada 360 cómo estos espacios le habían servido para generar negocio. Ahora, años después, asegura que su éxito se basa en la constancia. “Un blog es como un jardín que hay que cuidar”, afirma.
¿Cuántos años llevas escribiendo?
Me he asustado solo de mirarlo. Aunque llevaba tiempo antes dándole vueltas y queriendo escribir un blog, empecé con el blog en septiembre de 2011, es decir 12 años. Luego hice mis spin off (blogs especializados en extranjería y penal tecnológico) un año después, en 2012.
¿Ha cambiado mucho el contenido a lo largo de este tiempo?
Sí en lo que tiene que ver con el blog primigenio, aunque los spin off especializados han mantenido la temática. Recuerdo periódicas reflexiones sobre lo que quería que fuera el blog e ir variando. También cómo en determinados momentos me ha apetecido más volcar aspectos concretos. El blog primigenio empezó como cuando los niños aprenden a andar, con tropezones y torpeza y se pueden notar ciertos bamboleos en las temáticas, para cuando creció un poco ser un reflejo de aquellas cuestiones sobre las que quería reflexionar. A lo largo de 12 años, por lo visto, va cambiando aquello que te interesa o quizás aquello que te apetece compartir y eso ha ido variando temas. También a lo largo de los mismos surge la duda de qué sentido tiene un blog ecléctico y de reflexión, pues no solo cambias tú sino también los lectores, las redes sociales (la blogosfera es otra red social)… Sobre todo cómo nos hemos ido dirigiendo como consumidores de contenido a buscar un contenido más visual y por tanto menos a la lectura.
¿Cómo logras mantener una periodicidad y compaginar vida laboral, personal y blog?
Bueno, no lo logro ja, ja, ja. La pregunta correcta sería cómo lo lograba o cómo lo logré en un determinado momento. Sin duda alguna uno de los elementos fundamentales para un blog es la constancia. Un blog es como un jardín que hay que cuidar, mantener, poner nuevas plantas. Eso exige constancia. Si no se tiene se marchita. Así que la clave es la disciplina y la constancia. No hace falta ponerse un horario pero sí ser consciente de que hay que escribir un determinado número de entradas, bien sea por semana, mes, año. Así que cada año, al finalizar, hacía una reflexión sobre cómo había ido el año y cómo quería que fuera el siguiente y me marcaba objetivos. Hubo años que se cumplieron y hubo otros que no.
Os aseguro que un blog conlleva menos tiempo del que se piensa. Puedes escribir una entrada desde el smartphone, mientras asistes a una conferencia si deseas hablar sobre ella, en el transporte público, mientras te tomas un café, etcétera. La dificultad no es el tiempo. Es estar motivado para hacerlo y querer hacerlo.
Se dice que del cerdo se aprovecha todo. Pues aquí es un poco lo mismo. Del estudio de un tema jurídico, de la preparación de una demanda o de un juicio puedes sacar buena parte de una entrada. De estar dándole vueltas a un tema y las reflexiones a las que llegas, lo mismo.
¿Qué estrategia sigues para que el contenido llegue al público?
Ninguna. Y eso puede ser un error. Sí que tienes que hacer un uso de las redes sociales para que el contenido alcance a gente. En ese sentido ha habido una evolución de cómo se generaba tráfico al blog o dicho de otro modo, como antes una red como Twitter (seguiré llamándola así aunque llore Elon Musk) generaba bastante tráfico y en los últimos años prácticamente nada. Me mantuve en Blogger porque favorecía el posicionamiento en las búsquedas de Google y desde hace unos años creo que no existe beneficio en ese sentido. Cualquier estrategia deberá revisarse y adaptarse.
Pero fuera de esas cuestiones creo que en estos momentos la mejor estrategia para un blog o para alcanzar con tu contenido es generar comunidad, que haya un número de personas que vaya en aumento que le interese lo que tú cuentas. Y para lograr eso es fundamental lo que comunicas y cómo lo comunicas.
Ahora visto con la distancia, ¿qué no repetirías de tus inicios en el blog?
En el blog primigenio cuidaría y le daría más importancia a la estética y a la presentación visual. No solo importa el contenido de lo que escribes.
¿Qué le recomendarías a aquellos que quieren animarse con uno?
Que no lo hagan y que exploren el formato audiovisual, como Tik Tok. Si aun así quieren escribir en un blog les diría:
- Que identifiquen bien qué les motiva a escribir para tener esa orientación en la brújula cuando tengan que navegar en mitad de la niebla.
- Que se disciplinen en “regar” el blog y sean conscientes de la importancia de hacer publicaciones periódicas y con frecuencia.
- Que la esencia de un blog es compartir.
- Que un buen bloguero lee, comenta y recomienda otros blogs.
¿Qué beneficios (visibilidad, autoridad…) te ha supuesto el blog?
Muchos. Le estoy muy agradecido a los blogs. El principal el haber sido medio esencial para conocer a muy buenos profesionales que puedo llamar amigos: Emilio Aparicio, Luis Abeledo, Juan Antonio Frago y más. También a David Maeztu y sus compañeros de ‘Derecho en Red’. Mención especial a Alberto Joven, un culo inquieto del mundo de la asesoría. La experiencia bloguera cohesiona bastante. Si me he dejado de mencionar a alguien, tiene una cerveza pagada.
El blog también me ha generado momentos que te refuerzan a ti mismo, como cuando un magistrado de lo contencioso les recomendó mi blog de extranjería a unos alumnos de prácticas que asistían a una vista en la que yo intervenía como abogado y dijo que lo leía con habitualidad para estar al día.
Por otra parte, los spin offs especializados (extranjería, penal) refuerzan una imagen de especialización y calidad en esas materias.
Además, el escribir periódicamente intentando abrirte a un público no solo jurídico pero sin perder el rigor te ayuda a mejorar en la redacción de tus escritos y en experimentar nuevas formas de comunicación y alcance.
¿Hay algún otro aspecto que te gustaría destacar?
Creo que el mundo jurídico no le ha dado la debida importancia a la blogosfera y que de algún modo se ha perdido una oportunidad de beneficio colectivo para ese sector.
Poco ha ayudado que el blog se convirtiera en una herramienta de SEO para las webs de abogados y que toda web tuviera algo que denominaban un blog pero que en realidad no lo era.
El sector jurídico ha generado identificar el blog con un repositorio de contenido variado al que acceder en una búsqueda fugaz y poco profesional. Un blog ha de tener un componente personal, ha de sentirse al autor y ello implica aportar y opinar, mojarse e incluso equivocarse, y lo sencillo en estos tiempos es copiar y pegar sentencias o artículos (y cuando digo artículos me refiero a artículos de la ley). En fin, no es algo exclusivo de la blogosfera. Puedes ver cómo se elevan personas a los altares jurídicos con el único mérito de tener muchos seguidores sin hacer valoración alguna del contenido que se aporta.
Espero que los blogs que resistan lo sea por haber conseguido la valoración de la comunidad por su contenido y su alma. La resistencia.
