En un despacho, las facturas se pagan con clientes, pero la paz mental se paga con previsión. Y aquí es donde entran en juego dos piezas que casi todos posponen “para cuando haya tiempo”: el acuerdo de socios y el plan de sucesión.
Si esperas a tener un conflicto para redactarlos, lo único que vas a negociar es el nombre del abogado que os va a representar en el juicio.
El pacto que define las reglas del juego.
Un buen acuerdo de socios no es un trámite que se firma y se olvida. Es el manual de instrucciones de vuestra relación profesional. Y, como todo manual, si no lo lees y actualizas, el aparato (en este caso, el despacho) acaba estropeándose.
Objeto y objetivos claros: no es literatura, es definir para qué existe la sociedad y bajo qué principios vais a trabajar. Si no lo ponéis por escrito, cada uno jugará su propio partido.
Aportaciones de cada socio: capital, clientes, conocimiento, horas de dedicación… y compromisos futuros. Nada de “ya veremos”.
Derechos y obligaciones: quién decide qué, acceso a información, dedicación mínima y blindajes como la no competencia o la confidencialidad.
Reparto de beneficios y pérdidas: con reglas claras sobre dividendos, reinversión y limitaciones cuando hay que reforzar caja.
Toma de decisiones: mayorías, vetos, comités… Si no se pacta, el día que toque decidir una fusión descubriréis que no hay protocolo.
Entrada y salida de socios: criterios de admisión, compraventa de participaciones, derechos de arrastre y acompañamiento para proteger la estabilidad.
Valoración de participaciones: método único, objetivo y pactado. Nada de improvisar con un tasador elegido a dedo.
Resolución de conflictos: mediación y arbitraje antes de ir a tribunales. No es idealismo, es eficiencia.
Restricciones y no competencia: para evitar que un socio monte “su propio despacho” con vuestros clientes.
Vigencia y modificaciones: reglas para revisarlo sin que se convierta en un fósil jurídico.
Cláusulas que salvan amistades (y negocios)
Si quieres blindar la relación, hay ciertas cláusulas que son como el cinturón de seguridad: incómodas al principio, pero te salvan en un choque.
- Resolución de conflictos antes de llegar al juzgado.
- Drag along y tag along para proteger a minoritarios y mayoritarios.
- No competencia y exclusividad bien acotadas.
- Reparto de clientes y cartera en caso de salida.
- Revisión periódica para adaptarse a la realidad del despacho.
Decidir sin guerras internas
Las decisiones estratégicas no se toman por WhatsApp ni por “mayoría de los que estaban en la comida”.
Necesitan reglas claras:
- Mayorías reforzadas para lo crítico.
- Derecho de veto en cuestiones estratégicas.
- Comités con funciones concretas.
- Protocolos de reunión y votación que eviten el “yo pensé que…”.
Cuando un socio se va
La salida de un socio puede ser amistosa… o un culebrón.
Depende más de lo que tengáis firmado que de cuán amigos erais al montar el despacho.
- Procedimiento y plazos claros para comunicarlo.
- Método de valoración preacordado.
- Plazos y forma de pago de la liquidación
- Reparto ordenado de clientes y asuntos.
Errores que se pagan caros
Cláusulas ambiguas.
No prever salidas ni conflictos.
Desigualdades flagrantes en derechos y obligaciones.
No actualizar el pacto.
Ignorar implicaciones fiscales y legales.
El plan de sucesión: porque nadie es eterno
Un plan de sucesión no es un formalismo. Es tu plan de continuidad, tu seguro de que el despacho sigue respirando sin ti.
Paso 1: radiografía actual
Estructura societaria, implicación de cada socio, finanzas y posibles escenarios (salida voluntaria, incapacidad, fallecimiento).
Paso 2: elegir a los herederos profesionales
Criterios claros: experiencia, liderazgo, visión estratégica. ¿Será alguien interno o un socio nuevo? ¿Qué pasa si el socio fallece: herederos o recompra interna?
Paso 3: formar y soltar
Mentoría, transferencia progresiva de funciones y responsabilidades. Nada de “el día que me jubile te lo explico”.
Paso 4: la transición
Roles documentados, calendario claro y, si procede, rol temporal del socio saliente o de la familia.
Paso 5: blindaje legal
Cláusulas estatutarias y parasociales que regulen la transmisión, valoración y restricciones a terceros.
Paso 6: comunicar antes de que corran rumores
A socios, empleados y clientes clave. Transparencia, sin alimentar la rumorología.
Paso 7: revisar y ajustar
Cada año, o cada vez que haya cambios relevantes en la estructura o la ley.
Errores clásicos en la sucesión
No incluirlo en estatutos o pactos.
Elegir sucesores sin criterios claros.
Callarse el proceso hasta que explote la noticia.
No valorar bien las participaciones.
No prever cómo se financia la salida.
Un acuerdo de socios sólido y un plan de sucesión realista son menos vistosos que un premio de revista jurídica… pero son lo que evita que, el día que haya tensión, vuestro despacho acabe como una herencia mal gestionada.
El éxito a largo plazo de una firma profesional no depende solo de sus clientes, sino de la calidad de las relaciones entre sus socios.
¿Listos para ponerlo por escrito antes de que sea tarde?

Socia directora de Mirada 360.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y con un Máster en Comunicación Corporativa por la Universidad Complutense de Madrid, se dedica exclusivamente al marketing y comunicación de despachos de abogados desde Mirada 360, donde combina su experiencia como abogada con más de 15 años asesorando a firmas en sus planes de desarrollo de negocio, marketing estratégico, comunicación y marketing digital.