Cuando un despacho de abogados se plantea ser “referente”, no basta con publicar resúmenes de las normas, ni siquiera resúmenes con sus opiniones.

Lo que importa es ofrecer ideas que ayuden a entender el presente, anticipar problemas y abrir nuevas oportunidades.

Eso es lo que los anglosajones llaman “thought leadership”, liderazgo de pensamiento.

Yo lo llamo influencia intelectual.

Y sí, funciona.

Aquí te explico paso a paso qué es, por qué lo necesitas, cómo hacerlo bien, qué herramientas usar y cómo medir que realmente esté dando frutos.

 

Qué es la influencia intelectual

“Thought leadership”, consiste en que tu despacho muestre lo que sabe —no solo lo que hace— de forma clara, útil y con perspectiva.

No se trata de soltar “alertas legales” ni reseñas de normativa; más bien de interpretar tendencias, advertir riesgos próximos, sugerir soluciones distintas, dar ideas valiosas antes de que alguien las pida.

Cuando tu equipo habla bajo este enfoque, lo que transmites es experiencia, confianza y previsión.

Eso te acerca al cliente, no como quien ofrece un servicio, sino como quien guía.

 

Por qué es imprescindible para un despacho
  1. Vendes conocimiento, no solo horas de trabajo

Tus clientes compran tu criterio, no solo tu tiempo.

Si muestras que comprendes los cambios legales, económicos o sociales que les afectan, no solo ellos tienen más confianza, también te distingues frente a despachos que funcionan solo “al encargo”.

  1. La marca personal del abogado importa tanto como la corporativa. Incluso más.

Dentro del despacho hay abogados que destacan: los clientes no solo eligen al despacho, sino a la persona.

Si un/a abogado publica un artículo analítico, participa en debates relevantes, se posiciona, eso refuerza tanto su perfil individual como la reputación del despacho.

  1. Te apoyas en quien toma decisiones

Los “general counsels” (o directores de asesoría jurídica de empresas) dedican mucho tiempo a leer, informarse.

Un despacho que les aporta contenido de valor, que le ahorra estar pendiente de cada cambio, se convierte en fuente directa de referencia.

Quienes toman decisiones valoran los despachos que les mantienen al día, que anticipan riesgos, que ofrecen nuevas visiones.

  1. Diferencias competitivas medibles

Más visibilidad, más autoridad, más recomendaciones, más clientes que piensan en ti primero.

No es solo estética ni branding; bien gestionado, el liderazgo de pensamiento termina reflejándose en nuevos clientes, más asuntos, mayor cuota de mercado y fidelidad.

 

Cómo desarrollarlo correctamente: los pilares fundamentales

Estos son los cuatro ejes sobre los que se sostiene un programa de influencia intelectual, realmente eficaz:

  1. Permite publicación directa a quienes generan conocimiento

No retrases la difusión.

Si tienes abogados/as expertos/as con reflexiones valiosas, necesitan canales eficaces, procesos ágiles.

El coste de esperar: perder actualidad, dejar que otros marquen el debate.

Dar poder a tu gente para escribir y publicar no significa sin control, sino remover obstáculos (burocráticos, técnicos, de revisión) que ralentizan.

Mientras más fácil sea para ellos expresarse, mayor será la frecuencia y la frescura del contenido.

Si no confías en su calidad, en lugar de suprevisar cada coma, fórmalos o cámbialos.

  1. Define el plan de contenidos y el proceso de publicación

Sin un marco claro, publicar se convierte en caos: mensajes inconsistentes, riesgos legales, duplicaciones, tono incoherente. Todo ello perjudica al posicionamiento del despacho.

Establece quién revisa qué, quién decide si algo sale o no, cuál es el estilo, qué niveles de aprobación se necesitan.

Con reglas claras, reduces cargas para marketing, mejoras calidad, mantienes coherencia.

Te permite salir primero al mercado con ideas nuevas, en lugar de ir a remolque.

  1. Crea una vez, adapta varias veces

Un mismo contenido puede vivir en muchos formatos: artículo, resumen, video corto, newsletter, red social, presentación, podcast. No desperdicies lo que ya se ha hecho adaptándolo.

Cada público espera contenido diferente: algunos prefieren leer textos largos, otros escuchar un resumen, otros ver algo visual.

Expandir los canales multiplica el impacto.

  1. Feedback real y métricas

Que alguien publique no basta: tiene que saber si lo que escribe impacta.

¿Quién lo lee?

¿Desde dónde?

¿Interactúan con ello?

¿Se convierte en conversaciones o en encargos?

Reportes frecuentes con datos útiles: visitas, tiempo de lectura, quiénes leen (clientes actuales o potenciales), participación en redes sociales.

Pero también, si puedes, vincula contenido con generación de negocio: nuevas consultas, ofertas, contratos. Así todos los autores entienden que su trabajo tiene valor tangible.

 

Cómo determinar si tu estrategia está dando resultados

No te guíes únicamente por “me gusta” o “views”. Hay métricas más significativas:

 

Métrica Qué indica
Visitas al contenido / cantidad de lecturas Qué tan visible es lo que publicas
Tiempo de lectura medio Interés real del lector más allá de llegar al título
Origen de tráfico (clientes, partners, redes, referencias) Si estás llegando al público relevante
Interacciones: comentarios, compartidos Si provocas reacción, reflexión, diálogo
Suscripciones o descargas de contenido adicional Disposición a profundizar; interés sólido
Conversiones comerciales Consultas, menciones, nuevos contratos; la comparación mes a mes marca progreso

 

Cómo empezar hoy (y no morir en el intento)
  1. Identifica (entre tus abogados) a quienes ya están hablando, escribiendo o siendo citados; esas personas pueden liderar la estrategia: no empieces desde cero, usa lo que ya existe.
  2. Define un calendario de publicaciones que combine lo predictible (normativa, cambios legales) con lo innovador (tendencias, análisis críticos, visión prospectiva).
  3. Establece responsables: quién revisa estilo, quién aprueba temas, quién mide impacto.
  4. Haz que cada pieza genere otras: un artículo largo puede dar lugar a un post breve, a un vídeo, a una diapositiva visual para redes. Multiplica sin duplicar.
  5. Comparte los resultados internos: quién lee, qué temas funcionan, qué aporta al negocio. Si los autores ven que su esfuerzo tiene retorno, lo harán mejor y más voluntariamente.

Si quieres que tu despacho deje de ser uno más, necesitas convertirlo en referente.

Eso no se logra solo con buen contenido, sino con contenido pensado, gestionado con rigor, distribuido con estrategia y evaluado con datos.

No es reto opcional ni lujo para despachos grandes: es herramienta de diferenciación, fidelización y crecimiento.

Si lo haces bien, no solo te conocerán mejor: van a preferirte.

Si te interesa, podemos ayudaros a que tu despacho se convierta en un referente real y tus abogados en influyentes en su especialidad. ¿Nos ponemos a trabajar?

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