Apenas llega el verano, comienzan a circular en el despacho las dudas sobre cuándo comienza el periodo de «Business Casual» y la de los nuevos: ¿en qué consiste específicamente lo del Business Casual cuando afuera los termómetros casi llegan a los 40º y lo que apetece son chanclas y shorts?
Ésta es una moda que importamos de los despachos anglosajones y nos costó adoptar. En uno de los grandes despachos españoles se cuenta la leyenda de que en los primeros años de este milenio, un viernes de julio el socio fundador, a su regreso de una reunión en la IBA, se plantó en el comedor de socios vestido con bermudas coloridas y un coqueto polo. Como antes de implantar nada, la pregunta obligada es: ¿Qué otro despacho lo hace? que venga de los americanos le da a esta moda el rango de «aceptable» y los de aquí lo compramos con el nombre y todo, que en inglés suena más corporativo: Business Casual.
Pero la doctrina no es pacífica acerca del significado del término «Business Casual». Inclusive en un sector tan formal como el nuestro, la definición depende de varios factores, como el tamaño de la firma, la geografía, el clima, la edad media de los socios y fundamentalmente: de la cultura del despacho. Si en tu firma lo tenéis claro, puedes dejar de leer este post ahora mismo. Sin embargo sé que en muchos sitios esta cuestión tan superficial es incómoda de tratar y a veces pasar un artículo sirve para decir lo que queremos decir sin firmarlo.
El problema aparece cuando nos olvidamos del Business y nos centramos únicamente en el Casual. Como siempre, hay que usar el sentido común.
Nunca debemos confundir relajar las normas de vestimenta con el relajo en nuestra apariencia personal.
La esencia del estilo «Business Casual» es que se pueda pasar al «Business Formal» simplemente añadiéndole algunas prendas. Si un cliente necesita una reunión urgente o un socio te pide que lo acompañes a un evento, debes poder «vestirte» como para estar cómodo. Por ello, sin perjuicio de que si tenemos que participar en cualquier acto representativo del bufete debamos volver a ponernos formales, durante el resto de los días vamos a vestir un poco más cómodos. Se aconseja dejar una chaqueta en el despacho y, los chicos, un par de corbatas de ésas que combinan con todo.
Consejos prácticos para vestirse en estilo Business Casual en un despacho de abogados
Os traigo unos consejos de un portal especializado “Dress to Success” de lo que sí podemos usar para trabajar y no perder el look chic que siempre nos ha caracterizado:
- La ropa de playa, jardinería, clubes de baile y ejercicio son un gran NO en cuanto a apariencia profesional.
- Las prendas reveladoras que dejan ver escote, espalda, pecho, estómago o pies no son adecuadas para hacer negocios, incluso en un entorno informal.
- Las camisetas con logos, frases o imágenes ofensivas no, mejor con camisa.
- Los vaqueros rotos no, los pantalones perfectos para el Business Casual son los de vestir o inclusive de jean pero bien planchados y sin agujeros.
- Evita llevar shorts o bermudas.
- Las camisas de sport, de vestir, blusas y polos se ven muy bien y son aceptables, pero las camisetas sin mangas, los tops y las sudaderas destacan para mal.

Socia directora de Mirada 360.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y con un Máster en Comunicación Corporativa por la Universidad Complutense de Madrid, se dedica exclusivamente al marketing y comunicación de despachos de abogados desde Mirada 360, donde combina su experiencia como abogada con más de 15 años asesorando a firmas en sus planes de desarrollo de negocio, marketing estratégico, comunicación y marketing digital.
La imagen cuenta siempre, sobre todo cuando tratamos con personas. Recibirles con la ropa adecuada es, para mí una muestra de respeto. Podemos adaptarnos a las altas temperaturas optando por vestidos más ligeros, trajes de lino, zapatos más abiertos. No me gusta atender a un cliente con tirantes, escotes desmesurados o como si me fuera a tomar una copa con amigos. Cada momento requiere su «etiqueta «. Vestir de manera que la ropa no sea la protagonista sino un complemento más, que no «nos lleve» sino que seamos nosotros la que la adaptemos a las circunstancias. Porque nos guste o… Leer más »
Tienes razón, María Luz. No es superficial ser conscientes de que la vestimenta también comunica.
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