La relación entre abogados y periodistas puede ser tan fructífera como delicada. Ambos comparten un objetivo común —informar con rigor y aportar valor—, pero también habitan mundos con ritmos, prioridades y códigos distintos.
Por eso, cuando un abogado empieza a colaborar con medios de comunicación, hay algo que conviene tener muy presente: participar en prensa es una oportunidad profesional gratuita, no un servicio contratado.
El periodista gana al contar con una fuente solvente y especializada; el abogado gana visibilidad, reputación y posicionamiento. Pero si se confunden los roles, el equilibrio se rompe.
Y, para decirlo claro, hay ciertas cosas que nunca deberías pedirle a un periodista, salvo que estés dispuesto a pagar una inserción publicitaria.
Aquí van seis ejemplos muy reales:
1️⃣ Pedir leer o aprobar el titular o la entradilla antes de la publicación
Si un periodista te contacta para incluir tu opinión en una pieza informativa, el titular, la entradilla y el enfoque no dependen de ti. Intentar revisarlos transmite desconfianza y demuestra que no entiendes cómo funciona la prensa.
Tu papel es aportar claridad jurídica y contexto, no controlar el resultado final.
2️⃣ Pedir que el artículo se publique en una fecha concreta
A veces, si hay buena relación o el tema lo justifica, el periodista puede hacerte el favor. Pero los medios trabajan con calendarios cerrados y tiempos de revisión: la urgencia constante erosiona la relación.
Y no olvides algo fundamental: la actualidad manda. Si ese día hay una noticia más relevante, tu artículo tendrá que esperar.
3️⃣ Pedir que se retire o modifique un artículo ya publicado
Salvo errores de hecho, las publicaciones no se tocan. Y menos aún cuando se trata de una noticia o reportaje en el que el periodista ha integrado tus declaraciones dentro de un texto propio. En ese caso, el contenido forma parte del trabajo del medio, no del profesional citado.
Otra cosa son los artículos de opinión firmados, que sí pertenecen al autor. Pero incluso entonces, una vez entregado y publicado, lo prudente es no pedir correcciones de estilo ni cambios de criterio: lo importante es revisar el artículo antes de dárselo al medio, no después.
4️⃣ Pedir que tu artículo de opinión salga en la portada del medio
La portada no se negocia. Depende del criterio editorial, del momento informativo y de la relevancia del tema. Pedirlo es uno de los errores más comunes —y una forma segura de incomodar al periodista—.
5️⃣ Pedir que se publique un artículo “cueste lo que cueste”
Los medios no publican por compromiso, sino por interés periodístico. Si el enfoque no encaja o el tema no es relevante, insistir solo servirá para cerrar puertas futuras.
A veces un “no” de un medio no es un rechazo personal, sino una cuestión de oportunidad o de agenda.
6️⃣ Pedir que te mencionen con todos tus títulos y cargos
Los medios no son el escaparate del despacho. Un nombre y una breve referencia profesional bastan.
Insistir en detallar cada mérito o cargo transmite autobombo y resta naturalidad al mensaje.
La clave está en el contenido, no en el currículum.
En resumen, salir en prensa no es un derecho. Es una colaboración basada en confianza, respeto y utilidad mutua.
El periodista necesita voces expertas que aporten contexto y credibilidad; el abogado necesita medios que amplifiquen su conocimiento y refuercen su marca personal.
Si alguna vez te descubres tentado a pedir una de estas cosas, recuerda: solo hay una vía para hacerlo con legitimidad… pagar por publicidad.
Mientras tanto, valora la oportunidad de estar presente en los medios sin coste, y cuida esa relación profesional como lo que es: un activo de reputación que se gana con tiempo, coherencia y respeto.
Periodista y socia responsable de prensa de Mirada360
