Los profesionales de la comunicación del sector legal y económico se dan cita en la categoría ‘Mirada legal’, un espacio donde nos cuentan su experiencia, perspectivas y los desafíos a los que se enfrentan.

Con todos vosotros, de nuestra serie ‘Mirada legal’, Patricia Esteban

Patricia Esteban aspiraba a convertirse en juez. Por ello, estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y dedicó tres años y medio a prepararse las oposiciones. Sin embargo, la vida le llevó por otro camino y comenzó a trabajar en la editorial La Ley. Fue entonces cuando su interés por el periodismo, que había sido su segunda opción, fue in crescendo y poco a poco fue puliendo sus escritos hasta plasmar su firma en Noticias Jurídicas, Cinco Días y El País. Patricia cumple ahora ocho años en esta profesión, en la que aprende cada día sobre, como ella misma lo describe, “uno de los oficios más importantes en la sociedad”. “La especialización legal me eligió a mí y no yo a ella”, comenta. Hablamos con la coordinadora de contenidos de la sección legal de Cinco Días y El País desde Aranzadi La Ley.

¿Qué te llevó a especializarte en el sector legal?

En mi juventud quise ser juez. Para lograrlo, hice la carrera de Derecho (Universidad Autónoma de Madrid) y estuve opositando (hincando codos) tres años y medio. Por cosas de la vida, no me puse la toga, pero empecé a trabajar en la editorial La Ley. Mi vena periodística, mi segunda opción por décimas si no me apuntaba a Derecho, se fue abriendo camino hasta que comencé a hacer temas para Noticias Jurídicas, primero, y Cinco Días y El País, después. Fue un bautizo de fuego, pero aquí estoy ocho años después aprendiendo todos los días de uno de los oficios más importantes en la sociedad. La especialización legal, por tanto, me eligió a mí y no yo a ella. Y estoy muy feliz.

¿Qué es lo que más te gusta de tu día a día? ¿Y lo que menos?

Lo que más disfruto en el día a día es estar siempre al filo de la actualidad, mirando la vida con gafas legales. Me gusta mucho empaparme de los temas que abordo, hablar con sus protagonistas y con los expertos que me ayudan a armar el reportaje. Para mí es un verdadero privilegio conversar con un abogado que se dedica a atender a inmigrantes que llegan en pateras en Canarias, o con un experto en arbitraje sobre un tema que está siendo polémico, o con un opositor u opositora que acaba de aprobar judicaturas. Disfruto mucho también de poder poner luz sobre las dudas legales de los ciudadanos. Soy de natural muy curiosa, por lo que mato dos pájaros de un tiro trabajando estos temas más divulgativos.

¿Cuáles son los principales inconvenientes a los que te enfrentas a la hora de informar sobre asuntos legales?

La inmediatez que requiere muchas de las noticias que damos. Hay que armar bien la noticia, con rigor y con expertos, para ofrecerla lo antes posible a los ávidos lectores. Esta situación genera cierto estrés al que ya estamos acostumbrados, pero que no deja de ser agobiante por momentos. Por otro lado, hay temas sensibles en los que tienes que sacar tu lado más astuto para conseguir declaraciones de los protagonistas. En el sector legal hay bastante celo para hablar de según qué contenido, como clientes, asuntos judicializados, etc.

¿Cómo describirías, en líneas generales, tu relación con los abogados?

Creo que es bastante buena, o esa es la impresión que tengo. En general, creo que mantengo una relación de confianza y de mutua colaboración con los profesionales con los que trato habitualmente. Es una alegría cuando un abogado que conoces te llama para contarte un asunto porque confía en que lo trabajarás bien y tendrá una repercusión positiva. He de decir que, debido a mi formación en Derecho, creo que soy bastante empática con su problemática y trabajo diario.

¿Qué te gustaría que mejoraran o que cambiaran estos para hacer más fácil tu día a día?

Quizá que nos tuvieran más en sus pensamientos. Con esto quiero decir que nosotros agradecemos mucho que nos llamen para contarnos noticias frescas y ponernos al día de las cuestiones que se cuecen o que van a saltar a la palestra. También que comprendan nuestra urgencia para temas que son candentes, la actualidad manda.

¿Es realmente diferente el sector legal a otras industrias? Si consideras que sí, ¿qué lo diferencia y cómo impacta esa diferencia en la relación de los abogados con los periodistas?

Lo cierto es que no he trabajado en noticias de otro sector o industria, pero siempre se dice que el legal es muy peculiar. En la abogacía de los negocios es cierto que hay que saber moverse entre los despachos para que te perciban como un amigo necesario. Además, el ámbito legal que manejamos también incluye otros colectivos (abogacía corporativa, procuradores, registradores, notarios) y tribunales. Es tan completo y complejo que quizá son como pequeños submundos, cada uno con un idioma propio.

¿Cuáles son los temas en los que te cuesta encontrar voces expertas que quieran pronunciarse en tu medio?

En general contamos con fuentes expertas de casi todos los temas. El problema viene cuando es un asunto sensible, como en su día lo fue la judicialización de la Super Liga. Costó encontrar expertos en competencia que se mojaran. También cuesta a veces encontrar voces expertas femeninas sobre determinados temas o áreas en los que hay más hombres. Por ejemplo, en temas transaccionales, energía, etc.

De todas las noticias que has dado, ¿cuál ha sido la más significativa para ti y por qué?

Esta es una pregunta muy difícil de contestar. Hay tantas noticias que, por un motivo u otro, me han ido formando en este sector… Quizá, por la repercusión, una de enero de 2017 sobre una resolución de Hacienda que decía que una directiva europea obligaba a que las facturas de los abogados y procuradores del turno de oficio llevaran IVA. Lo dimos en primicia en Noticias Jurídicas. Esta publicación movilizó a la abogacía y provocó que los Ministerios de Justicia y de Hacienda se pusieran a hablar para resolver el entuerto. Al final, se aprobó una modificación de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita en junio de ese año. Para recalcar el carácter de servicio público de las actuaciones de estos profesionales (y entrar dentro de la exención europea) se estableció su obligatoriedad. También se sustituyó en el texto legal la palabra remuneración por indemnización.

Por otro lado, en octubre de 2020, publiqué en Cinco Días un reportaje titulado Los riders de la abogacía: 60 horas por 500 euros, sobre falsos autónomos en despachos del que se hizo eco en su cuenta de Twitter el entonces vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. La situación de precariedad laboral de muchos jóvenes letrados llegó al parlamento español. Se presentó una iniciativa en el Senado para revertir esta situación.

¿Qué no saben los abogados de tu profesión?

Los abogados que se dedican a litigar están siempre con la “espada de Damocles” de los plazos bajo su cabeza, pero los periodistas también tenemos a cada hora esa sensación de urgencia y tenemos prisa para conseguir una fuente. Además, debemos de hacer comprensible al lector temas técnicos, lo que nos obliga a profundizar en ellos. Luego está la limitación del papel, que te obliga a elegir para resumir. Los abogados no comprenden que no podemos incluir todas las variables de un tema principal, tenemos que bucear y escoger aquello que más interesa al lector.

¿Cuál es tu visión sobre el futuro del periodismo legal?

El periodismo legal ha ido ganando enteros en todo tipo de medios, periódicos, radios, televisión. Es habitual que, además de la información de tribunales, las noticias sobre nuevas leyes, explicaciones sobre dudas legales (por ejemplo, ¿te pueden despedir si estás de baja?) o fusiones de despachos de abogados abran portadas. Es algo que va a ir a más porque la sociedad es cada vez más compleja y requiere de unas normas que hilen más fino. El futuro en el sector está lleno de desafíos en el que confluye la evolución exponencial de la tecnología, la globalización, el rol de quienes tienen que aplicar la justicia, quienes tenemos que informar.

Un consejo para un colega de profesión

A los compañeros les diría que vale la pena trabajar en el sector y ponerse las gafas legales para mirar la actualidad. También que hay que investigar a fondo y ser riguroso. Se suele decir “que la realidad no te estropee un buen titular”, pero estoy convencida de que la verdad siempre es el mejor titular.

Patricia Esteban

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