Les preguntamos a algunos blogueros jurídicos prominentes por qué y para quién bloguean. Queríamos escribir una entrada con sus opiniones, pero sus respuestas son tan generosas, que se merecen ser cada una un post independiente.

Con todos vosotros, de nuestra serie “Blogueros Jurídicos que molan”, Susana González:Mosaico-Su

Mola lo de “Blogueros jurídicos que molan”. Aunque mola más en los casos en los que además de ser un elogio podemos considerarlo como ejemplo, lo que a buen seguro encontraréis en grandes compañeros que me han precedido.

Empiezo advirtiendo que quizás no sea mi caso. Soy el más vivo ejemplo de una casi incontrolable multitarea. O dicho de otro modo, abogado de despacho, de plazos, esperas; visitas y estudio y, eso sí, experta en meterme en jardines colaborativos en todos los sentidos, también en cuanto a escribir en blogs se refiere. A ello añado la coordinación y gestión de la estrategia de marketing de contenidos de la web de CyZ abogados, en la que además escribo; lo que me ha llevado a retrasar hasta hace muy poco poner en órbita mi propia web, actualmente en pañales.

En teoría, hay que aprender a decir que no. Pero yo no soporto los hay que así que… no habrá llegado para mi ese momento en el que deje de enriquecerme el tiempo invertido en todas las colaboraciones puntuales que, como en este caso, lo que siento es profundo agradecimiento por ocupar este huequito en la gran casa de Mirada 360º.

Escribo porque me confieso defensora del internet abierto, del software libre y de la generación de conocimiento que proporcionan las tecnologías de la información y la comunicación. Escribo convencida de que compartir lo que pueda saber u opinar es lo único que puedo regalar a todos los que también, y tan bien, lo hacen.

Mi estructura mental respecto de “para quién blogueo” cambia allá donde escriba. Eso sí, manteniendo siempre un doble enfoque común: El previo análisis del perfil de los potenciales lectores; básicamente por procurar, si no darles lo que buscan, al menos no darles justo lo contrario de lo que buscan. Y potenciar el uso de un lenguaje claro, sencillo y ágil.

Ambas cosas tienen una raíz y un punto de dificultad. Radican con toda seguridad en mi preparación en comunicación, lo que me lleva a tener claro que, además de procurar generar contenido de valor, quiero hacerlo poniendo en práctica la estrategia de marketing de contenido previamente definida. Es decir, escribo teniendo claro previamente a quién va dirigido el contenido, para qué concretamente puede ser de utilidad lo que escribo, o qué puede resolver a alguien en abstracto regalarme unos minutos de su tiempo leyendo lo que he decidido escribir.

Procurar el enfoque al público objetivo y utilizar un lenguaje sencillo tienen, a su vez, un punto de dificultad cuando escribo de temas jurídicos, y ya ni hablemos cuando escribo sobre temas de seguridad IT. Creo importante flexibilizar el lenguaje para alcanzar a posibles interesados en el contenido – no necesariamente expertos en la concreta materia, a quienes seguramente yo les aporte o resuelva poco la lectura -. Por ello suelo centrar mis esfuerzos en huir del excesivo análisis doctrinal, del “articulismo” legal, de los latinajos y de objetivar las palabras hasta el límite de que sólo pueda potencialmente gustar a mis compañeros de profesión, a quienes obviamente me encanta si les gusta cuando me leen; sin embargo, y con elevadísimo respeto y fidelidad a las colaboraciones profesionales que sí se visualizan a través del contenido, no suele ser el público objetivo al que prestamos nuestros servicios.

Además, como abogado también, me resulta misión inalcanzable percibir que tengo conocimiento profundo de todas y cada una de las materias que abarca el derecho. Tengo cierto don trabajado para gestionar la información, para localizarla e interpretarla buscando profundizar en materias que no son de mi especialidad, pero hasta ahí. Por eso cuando leo a algún compañero abogado que es capaz de transmitir con concisión las líneas de la temática elegida para su entrada, centrando el tema planteando una cuestión; desarrollando posibles alternativas de análisis o de solución y alcanzando una conclusión, percibo claramente que me ha aportado un valiosísimo contenido sin necesidad de que me cite textualmente sentencias o artículos, cuyas fuentes me basta con tenerlas referenciadas o hiperlinkadas. Esto me lleva a pensar que, si yo agradezco esa sencillez aun estando preparada para comprender sin dificultad el habitual trasnochado lenguaje jurídico, quizás el lector no jurista que nos lea porque esté procurando enfocar su posible consulta legal, también lo agradezca. Es, lo que en términos de marketing de contenidos viene a ser tener claro el empathy map antes de lanzarte a la aventura de generar contenido a lo loco.

Susana González Ruisánchez
Abogado en CyZ Abogados Zaragoza
Asesoramiento transversal en Estrategia y Derecho Digital, cumplimiento legal y marketing de base tecnológica.
@SusanaCyZ

 

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