A todos nos gusta que nos premien, ¿o no?
Los premios te destacan, te distinguen de tus pares y son una muestra del respeto profesional que inspiras.
En el sector legal, los ránkings y los premios son reconocimientos que reflejan la reputación de los despachos y los abogados. Nos ayudan a generar credibilidad en la calidad de los servicios jurídicos, tan necesario al ser éstos intangibles (no se pueden ver ni experimentar antes de consumirlos), inseparables (de su producción), perecederos y heterogéneos ya que dependen del cliente, su situación, el contrario y el sistema judicial.
Los premios y reconocimientos son útiles para comunicar la calidad de los servicios del despacho, pero no es oro todo lo que brilla.
Las personas necesitamos tomar decisiones rápido y para ello utilizamos atajos mentales, que los que saben de psicología (como mi hija @sofimuller10 que es quien me lo ha explicado) llaman heurísticos: si me dices que algo fue dicho por Einstein lo consideraré a priori más inteligente y correcto que si la opinión viene de alguien desconocido, más allá del acierto del concepto en sí mismo.
Por ello nos encanta que nos premien, porque nos ilumina con un halo de excelencia. En nuestro sector hay muchos premios de prestigio y otros más desconocidos, casi invisibles que nadie conoce pero con bonitos logos que quedan genial en las piezas de comunicación del despacho.
A estos últimos los llamamos los «premios de la vanidad».
El modelo de negocio de las publicaciones internacionales del sector legal es financiarse con la publicidad de los despachos. Eso no está ni bien ni mal, habrá que ver si simplemente es rentable para la firma.
Sin embargo, el abordaje de algunas publicaciones es artero. En lugar de dirigirse al departamento de comunicación y marketing de la firma, estas publicaciones le escriben directamente a un socio anunciándole la grata noticia de que ha sido nominado para un premio. El socio lo recibe, feliz de la vida y llama a su madre, su esposa y sus niños. Todos orgullosos. En el siguiente email la publicación ofrece «la oportunidad de aprovechar la visibilidad de tan merecido reconocimiento insertando un anuncio y comprando una mesa en la cena de gala en la que se entregarán los premios, a la que se puede invitar a clientes.»
A los de Marketing nos cae fatal que se dirijan directamente al socio y nos puenteen, porque una vez tocado el ego del socio, ¿cómo les damos la mala noticia? No, no eres el mejor, es simplemente que te quieren vender algo.
Pues ayer han llegado al colmo: me han nominado como experta en M&A. Así, como lo lees.
Yo, al principio, me dije: Me lo merezco, soy la mejor.
Pero enseguida me acordé de que las fusiones de empresas no es lo mío, que no me dedico al derecho mercantil y que hace como 20 años que ni siquiera trabajo como abogada.
Pues eso.
Si te nominan a algo, ponte contento (eso es gratis), pero ¡¡¡no les des un duro!!!
Los de verdad separan claramente el área de los analistas (que son los que investigan) del área de patrocinio (que son los que venden). Así que pásale el email al responsable de marketing y comunicación del despacho y confía en los profesionales que saben separar la paja del trigo.

Socia directora de Mirada 360.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y con un Máster en Comunicación Corporativa por la Universidad Complutense de Madrid, se dedica exclusivamente al marketing y comunicación de despachos de abogados desde Mirada 360, donde combina su experiencia como abogada con más de 15 años asesorando a firmas en sus planes de desarrollo de negocio, marketing estratégico, comunicación y marketing digital.
Muy buen artículo Lidia. Muy pocos rankings en realidad generar un valor agregado en términos de visibilidad y de generación de leads. Otros -la gran mayoría- son solo un buen negocio para las editoriales.
Saludos.
Gracias, Germán. Nosotros vemos a los ránkings como una herramienta de reputación, no de generación de oportunidades. En algunos casos funciona como ratificador de una elección previa y únicamente en la abogacía de los negocios.
Genial articulo, Lidia, como siempre. Si vieras la cantidad de nominaciones que yo recibo!!! No soy abogado, y tu sabes para quien trabajo 😉
Gracias, Nacho. Tú sí que sabes de esto porque trabajas en una de las pocas publicaciones serias.
Ésta fue una de las razones por las que hace ya más de 10 años nos reunimos por primera vez los de marketing y comunicación de los despachos. Perdíamos tanto tiempo discerniendo la credibilidad de las publicaciones que nos ayudábamos entre todos para librarnos gentil y rápidamente a estos atrapatontos.
Buena y útil observación Lídia
No hay ninguna Liga ni campeonato en la Abogacía
No hay ganadores ni perdedores
Las listas de profesionales y los
Premios en nuestro sector son un fraude para las personas que desayunan “egos fritos” y lo has reflejado perfectamente
Nos vemos en el segundo Congreso de la Abogacía Bizkaia. Espero volver a ejercer de anfitrión de tu seguro estupenda conferencia
Muchas gracias, Antonio. ¡Nos vemos pronto en Bilbao!
Pobre del que pague por recibir un premio. Espejito, espejito… Bravo, Lidia!!
¡Gracias, Juan! y lo mismo para quien pague por un publireportaje, con lo evidente que es.
¡Un abrazo!
Gracias por compartir la evidencia que demuestra la falta de rigor que hay detrás de muchos rankings…. Menos mal que el marketing se profesionaliza cada vez más. Hay que tener cuidado, los que aparecen en estos rankings tan poco creíbles acaban tirando piedras contra su propio tejado.
Con lo difícil que es gestionar la decepción del socio al que le ha dado un subidón por este premio…
¡Qué bueno verte por aquí, maestra!
¡Besos!