La semana pasada comentábamos, en la sesión de Inkietos sobre Personal Branding con la que nos deleitó Paula, el valor que aporta la marca personal de los abogados al despacho.

Un despacho que promueve que sus abogados cultiven marcas personales potentes es un formato de organización que no sólo no teme que sus profesionales brillen, sino que además crece impulsada por éstas. Logra diferenciarse en el mercado de modo auténtico y creíble al proporcionar una plataforma reputacional de alto rendimiento a sus abogados, que conlleva mejores resultados para los clientes.

Así como aquellos despachos que no forman a sus abogados por si luego se van corren el riesgo de que no se formen y se queden, las firmas que no ayuden a que sus abogados tengan marcas personales influyentes corren el riesgo de que no las desarrollen y se queden.

El riesgo existe siempre, a veces sólo podemos elegir cuál queremos asumir.

El trabajo con clientes y el estudio genera conocimiento acumulado que tiene más valor si fluye, de individuo a individuo; de grupo a grupo; creando comunidad. El fortalecimiento de la marca personal mediante la publicación de contenido jurídico de calidad facilita el aprendizaje de todos los miembros y el prestigio del despacho, experimentando en sí mismo una mejora continua.

En este nuevo paradigma tenemos la posibilidad de aprender continuamente a través de las interacciones, asumiendo la exposición de aportar nuestro propio conocimiento.

Sin embargo, cuando le preguntamos a los abogados por qué no escriben en un blog o no participan en redes sociales nos responden dos cosas:

  1. No tengo tiempo
  2. ¿Qué voy a decir yo que valga la pena leer?

Pero 1: cuando decimos que no tenemos tiempo para algo, en realidad lo que queremos decir es que eso no es prioritario. Y no nos parece prioritario porque no tenemos claro si vamos a conseguir algo por esa vía.

En cuanto a la excusa número 2: debemos dejar de lado el consejo de Groucho Marx cuando decía que “Es mejor guardar silencio y parecer un tonto, que abrir la boca y despejar cualquier duda.” porque, para poder avanzar debemos asumir riesgos, trabajar mucho y confiar en nosotros mismos.

Aquí llegamos adonde queríamos llegar. Tanto para abogados que están temiendo exponerse como a los despachos que tapan a sus abogados por si se van, va este vídeo que habla sobre asumir riesgos:

¿Te atreves a soñar?

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