Les preguntamos a algunos blogueros jurídicos prominentes por qué y para quién bloguean. Queríamos escribir una entrada con sus opiniones, pero sus respuestas son tan generosas, que se merecen ser cada una un post independiente.

Con todos vosotros, el primero de la serie «Blogueros Jurídicos que molan», Jesús Alfaro:

 

Jesús AlfaroBlogueo, sobre todo, para mí mismo. El blog me permite, primero, contar lo que quiero contar, cómo y cuándo quiero. Como decía Roosevelt, no hay nada que me guste más que una buena discusión y el blog me permite discutir. Además, me permite ordenar mis ideas respecto de un asunto y formularlas a partir de la lectura de un artículo, un libro o una sentencia. En fin, el blog es un magnífico almacén. Me sirve para proporcionar lecturas a mis alumnos y para guardar las propias hasta que las utilice en un artículo, en una conferencia o – quizá – en un Manual de Derecho de Sociedades.

Me consta que el blog es útil a mucha gente. Me consta porque el número de visitas no ha hecho más que aumentar desde que lo abrí hace más de cinco años. Como los lectores están a un “click” de abandonarme, si vuelven, será porque les doy algo de su interés.

La perseverancia es importante pero hay que poder permitirse el lujo de ser perseverante. Mi situación personal y laboral me permiten ser perseverante. No creo que haya muchos colegas que puedan permitirse el lujo.

El blog sólo me ha producido satisfacciones. Simplemente escribo cuándo, cómo y de lo que quiero. No me debo a nadie y lo utilizo para defender lo que me parece en cada momento. Ni soy imparcial, ni soy objetivo y me equivoco y mucho.

Quiero que me lea una estudiante de Derecho de la Javeriana de Cali y que encuentre la forma de redactar un buen paper para su profesor de Mercantil; quiero que me lea un abogado de Avilés o de Cádiz y que sepa cómo tiene que enfocar la demanda o redactar la cláusula de prestaciones accesorias; quiero que me lean mis colegas y que discutamos en un tono menos pomposo del que suelen las revistas jurídicas; quiero que me lean los notarios, los registradores y los jueces y, de vez en cuando, los políticos con un mínimo de curiosidad intelectual.

No tengo ningún interés en que me lean los que nunca podrían estar de acuerdo conmigo. A esos, me limito a pedir que se les aplique el Código Penal – como a mí –.

Creo que es un pecado mortal aburrir al personal. Que no tenemos derecho a que nos escuchen si no tenemos nada interesante que decir. Que si algo es interesante, un lector inteligente escuchará.

Y creo que si dices cosas inteligentes, interesantes y bien escritas, lo demás se te dará por añadidura. Esas cosas que, según dicen los que saben, te harán rico y famoso. A mí, por ahora, el blog no me ha soltado un duro pero me ha hecho famosillo. Y no es fácil mantenerse.

Jesús Alfaro
Catedrático de Derecho Mercantil
Autor del blog Derecho Mercantil España 

 

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