Cada vez que me llega un aviso de que alguien me está siguiendo en Twitter, miro su bio, los últimos twits y, si me interesa, lo sigo. Miro el perfil para saber quién es la persona que está detrás, qué puedo aprender de él, qué tenemos en común, en qué podemos coincidir. Sigo a gente del sector legal y de marketing. Pero en general, pocas cosas me molestan tanto como para no seguir a alguien que tiene la deferencia de seguirme (salvo por la calle, si es de noche y estoy sola. Entonces aprieto fuerte mi bolso por si me quieren robar e inmediatamente dejo de mirar el Twitter).
Pero volviendo a las redes, hay algunas molestias que no puedo superar y, por eso, no te sigo:
1. Eres un experto y lo declaras en tu bio. Déjame que lo piense a partir de tus aportaciones. Ponerse el título de experto o gurú de las redes sociales en la bio de Twitter es como entrar a una fiesta con un cartel sandwich enorme que te tapa entera que reza «ESTOY BUENÍSIMA»
2. Has hecho 1200 twits y tienes 24 seguidores. La relación entre Twits y seguidores es para mí (no sé si alguna de las millones de aplicaciones que miden la influencia on line lo tiene en cuenta) un coeficiente que expresa calidad. Si tienes pocos seguidores porque eres nuevo en el barrio, no problem; pero ¿¿¿¿cómo has podido emitir 1200 twits???? Eres un pesado. Ni hablar.
3. No twiteas: estás calladito, mirando qué pasa. Vale, todo bien, pero ¿para qué quieres que te siga si eres mudo?
4. Eres «apasionado». Las frases cursis se pueden apoderar de ti en algún momento de plena emoción, pero cuando te tranquilizas se te pasa y ya está. No lo grabes en tu biografía, que da vergüencita ajena.
5. Eres un huevo: tu madre sigue orgullosa de lo guapo que te ha hecho, ¡sube una foto, hombre! que es lo que en definitiva eres. Para pasar a ser pajarito de Twitter debes romper el cascarón del huevo, salir y tener una cara. Si es de persona, mucho mejor.
6. Te describes en tercera persona: ¿quién eres? ¿Maradona? ¿un marciano se apoderó de tu perfil? ¿o estás tan ocupado que alguien escribe para ti? El postureo llega a límites insospechados.
7. Tus Twits son huecos: los últimos cinco son menciones de tantas personas que tu TL parece Páginas Amarillas. Vale, un #FF con varios colegas entrañables está bien. ¿Pero tiene sentido que cada uno de los mencionados responda mencionando a todos con un «gracias»? Somos comunidades, con lo cual nos seguimos entre los mismos en muchas ocasiones. Por eso, una vez que vimos el primero, asumimos que todos están agradecidos. De verdad, puede sonar borde y probablemente lo sea, pero no es necesario.
8. #Llenas #tus #Twits #de #hashtags y MAYÚSCULAS, imposible de leer con tanto signito. GRITAS CON TUS MAYÚSCULAS. No me grites, si es interesante ya lo descubriré. O no, pero no me GRITES.
9. Simplemente eres descortés, te peleas, te enfadas sin sentido con la gente. Aunque la discusión agria sea con terceros, a menos que se discutan ideas y, en ese caso, se agradece poder leer, cuando ya entran los temas personales la cosa se pone de muy baja calaña. No estamos aquí para pasarlo mal. En realidad, en ningún sitio estamos para pasarlo mal, pero en otros ámbitos no es tan fácil apagar a quien molesta.
10. Escribes con tantas faltas de ortografía que parece en clave para que la CIA no lo entienda. Trata de usar el corrector si no estás seguro de cómo se escribe algo. Sigue a @fundeu, y por el amor de dios: ¡no separes el sujeto del predicado con una coma!
¿Eres un despacho de abogados? Dime algo más que «Despacho de abogados dedicado a asesorar en todas las ramas del Derecho», que ya te pareces a las webs de los grandes… Dime algo que no sepa, piensa en el spot del ascensor, defínete a partir de los beneficios que aportas y recuerda: siempre estamos vendiendo.
¿Cuáles son las tuyas? ¿Qué es lo que te hace decidir seguir o no seguir a alguien?
Añadido después de la publicación del post:
Y hay más, aquí va una terrible:
11. Te sigo. A los 5 minutos me llega un DM: «Muchas gracias por seguirnos. Puedes hacerte fan del despacho también en Facebook y suscribirte a nuestro boletín en la Web.» Esto como si un hombre se te acerca, te dice «Hola, guapa» y tú le contestas: «Hola, gracias por saludarme, estoy libre esta noche puedes invitarme al cine o a cenar, para lo demás todo es conversarlo.» ¡Unfollow ya!
Y ahora viene lo peor: contesto el DM de este «gurú del social media con más de 10.000 seguidores» diciéndole que no me gustan los mensajes automáticos y preguntando si los ve útiles y me responde que lo hace por falta de tiempo. Como él no tiene tiempo, yo debo perder el mío hablando con un robot.
Alfonso Everlet dijo el 28/06/13 18:30 «La nº12: Cuando ves que sus últimos tweets son todo retweets de contenidos ajenos o sobre fútbol… ;). ¡Me ha encantado el artículo! De hecho, #Alfonso #es #un #APASIONADO #DE #ESTE #ARTÍCULO! :)»
Dos más:
13. La bio en inglés pero todos los tuits son absolutamente vernáculos y en español.
14. «Twitter oficial»: ¿quién te va a hacer el «extra-oficial»? y en todo caso: te parece que será suficiente poner «oficial» para acreditar la titularidad del nombre?
@lidiazommer 15:Solo viene a promocionar su libro, retuitea las alabanzas y menciones sin parar ni sonrojarse. De hecho es lo único en su TL
— David Fernandez (@davfernandez) septiembre 24, 2014

Socia directora de Mirada 360.
Licenciada en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y con un Máster en Comunicación Corporativa por la Universidad Complutense de Madrid, se dedica exclusivamente al marketing y comunicación de despachos de abogados desde Mirada 360, donde combina su experiencia como abogada con más de 15 años asesorando a firmas en sus planes de desarrollo de negocio, marketing estratégico, comunicación y marketing digital.
Pues yo añadiría esta:
16. Eres todo política. Todo lo que veo en tu TL son retwits sobre temas polítcos. Y peor aún, todos son de un determinado partido, cual si fueras su órgano de propaganda. Para eso, es mejor seguir al original.
¡Ésa es tremenda, Manuel! especialmente cuando parecen usinas automáticas de la palabra de otro.
Gracias por pasarte por aquí y dejarnos una más.
Un abrazo
Lo que más me enerva de un tuitero es el ego. Esos sujetos que se dirigen a los demás como si de un público lelo se tratase. «Leed esto», «a ver si me escucháis», «os merecéis aquello», etc. Como si todos sus seguidores vivieran pendientes de lo que su líder tuitero tuviera a bien ordenarles (leed esto, ignorantes), o reprocharles (estáis muy pesaditos hoy). Creo que esa es la esencia de los medios de comunicación tradicionales, pero en las redes sociales no hay, o no debería haber, lugar para el ego. El tuitero debe dirigirse a otro tuitero o simplemente… Leer más »
¡Genial, María, es verdad! cómo molesta la pretendida superioridad moral de los «influencers»… #Unfollowya a los ególatras!
Un artículo muy bueno!! Gracias
Muchas gracias, Gerardo. Al final, lo del crucero: ¿cómo quedó? que se viene el verano…
😉